sábado, 30 de marzo de 2013

El misterioso influjo de la barquillera

Un niño, alias Sito, de mayor quiere ser escritor porque lo que más le gusta es escribir cuentos.Pero de mayor, cuando termina sus estudios, acaba siendo contable. Ya no es Sito sino Prudencio Pérez, el aburrido Prudencio Pérez, esto lo digo porque todos los días de su vida eran iguales: levantarse, ir al trabajo, comer, volver a su casa y ver la televisión hasta que se va a la cama.Un día decide empezar otra vida diferente y dedicarse a lo que a él más le gusta: contar cuentos.

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